La responsabilidad de SER


Nuestra historia es una historia de opresión y represión, de injusticia, desigualdad y sometimiento, y es así en gran medida porque de esa manera la hemos construido y así seguimos viéndonos. En la escuela y en el salón de clases reproducimos la misma estructura que venimos arrastrando desde hace siglos. Tan acostumbrados estamos a obedecer y a reproducir lo que la autoridad nos manda que cuando se trata de ser creativos y de innovar nos enfrentamos con una especie de atrofia.


Todas nuestras clases en la Universidad Nacional Autónoma de México son ejemplo de nuestro sometimiento, a nivel de forma: la ubicación de las bancas de los alumnos y del escritorio del maestro, espacios cerrados, edificios que bien podrían ser edificios de gobierno o cárceles. A nivel de contenido: maestro autoritarios, figuras de poder que concentran todas las decisiones sobre el encuadre y los contenidos que deben abordarse en clase -si acaso al alumno se le deja elegir los tiempos de entrega de trabajos-, maestros que reducen la interacción y la comunicación con sus grupos, y lo que no puede faltar, por supuesto, la burocracia.


Las aspiraciones de nuestra clase de Computación aplicada son otras; un grupo que elige, que decide, que dialoga, que consensa, que participa, que se relaciona, que se organiza y sobre todo que se responsabiliza por la construcción de su conocimiento. Ante tal libertad lo primero que sentimos es inestabilidad, una sensación de "no hacer nada" y de perder el sentido de lo que hacemos y hacía donde vamos. El significado de nuestra molestia no es más que la resistencia hacía el cambio de estructura. Ante tal responsabilidad lo primero que sentimos es miedo y angustia porque nuestro papel, el papel que nos ha tocado -y que hemos elegido- representar a lo largo de nuestra historia, ha sido el de obedecer y no el de la responsabilidad, que implica tomar las riendas de nuestra vida con respecto a lo que queremos. Es como colocarnos en un lugar en donde no sabemos estar. Es como jugar sin conocer las reglas y estrategias que debemos seguir.


No es fácil entonces colocarnos en un lugar distinto al de siempre, no es fácil tampoco vernos en ese proceso de elección y de construcción pero eso es nuestra aspiración, por lo menos, de nuestro grupo de investigadores en formación de la FES Acatlán.

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